domingo, 7 de octubre de 2012

El Cerro del Viso

Hoy la ruta es larga. Rodadora al principio y al final, y disfrutona en su parte central. Por eso empezamos acortando. En vez de salir de Vicálvaro por las canteras lo hacemos por la carretera de Coslada previendo poco tráfico a estas horas (8:15), y acertamos: en el tramo chungo no nos pasa ningún coche.

El Castillo de Aldovea
Posteriormente tomamos el camino hacia San Fernando, atravesamos la Cañada Real (con sus hoteles y todo) y bajamos el Cerro de la Herradura por el camino más corto, es decir, el de máxima pendiente. Llegamos a la chopera, cruzamos sobre el Jarama y tomamos la pista hacia el Castillo de Aldovea. Luego seguimos remontando el río Henares por caminos y senderos junto al cauce y finalmente lo atravesamos por un coqueto puentecito empedrado, aunque un tanto desvencijado.

Tras pasar por debajo de la M203 entramos en el área de influencia del Cerro del Viso. Faldeamos el monte hasta la zona de La Majadilla donde comienza una dura subida que nos conducirá, tras 2km, a la cima.
Allí arriba, salvo las vistas (aunque la bruma hoy no ayuda), nada destacable; lo de siempre en estos sitios apartados: mucha mierda y restos de actividad carnal. Así que sin más dilación, ¡a las trinch...!, es decir, ¡a las trialeraaaas!

El sendero de bajada está muy pero que muy bien. La primera parte más empinada y luego, tras cruzar la pista, mucho más rápido hasta el final. El sendero nos ha dejado en el cortafuegos de la base del cerro. Lo seguimos hacia el norte para encontrar la entrada al Barranco del Viso. Lo atacamos por la izquierda. Al principio por camino; luego éste se convierte en sendero y se empina que da gusto (?), con un par de escalones imposibles. Una vez arriba, mientras bordeamos el sembrado, podemos comprobar la profundidad de la brecha.

Seguimos ascendiendo, ahora por la cara amigable del cerro, y antes de coronar tomamos un sendero que sale a mano derecha. Circulamos ahora por el otro lado del barranco, cuidando de no mirar a nuestra derecha, por aquéllo del vértigo. El sendero acaba en la pista con una bajada muy pronunciada y un salto final que dejaremos para cuando traigamos el paracaídas (!).

La pista nos conduce a media ladera hacia las zetas de subida del principio. Éstas son una opción para bajar, pero hay otra mejor: ¡senderito disfrutón!

Y vaya que si se disfruta. Alguno incluso abandonó la bici y se echó a correr monte abajo, incapaz de parar por la emoción (¿o la pendiente, tal vez?).


Para regresar a casa deshacemos el camino, pero pasando por el curioso Parque Europa de Torrejón. Ya sólo nos quedan dos dificultades por superar: el escalón que supone a estas alturas de ruta el Cerro de la Herradura y los 1500m de la, ahora sí, peligrosa carretera de Coslada a Vicálvaro.

Todas las fotos de la ruta pinchando aquí.


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